Ejival es un personaje que parece omnipresente en la electrónica nacional, recuerdo haberlo visto en la mayoría de eventos y conciertos a los que empecé a ir desde hace casi una década, en algunos con un rol específico y otros como un simple espectador; para entonces poco sabía de Static Discos aunque ya había escuchado algunos de sus lanzamientos, pero al tiempo fui entendiendo su relevancia.
Oriundo de Tijuana, Ejival co fundó Static Discos junto con Rubén Alonso Tamayo (Fax) y Fernando Corona (Murcof) en el ya lejano 2002 y desde entonces la historia la electrónica mexicana tomó otro rumbo a través de un abanico musical que iba del ambient al IDM y del experimental al minimalismo sonoro
Cien discos después aquí siguen, siendo tan fundamentales como siempre y dejándonos reflexionar lo que es mantener vigente un sello independiente a lo largo del tiempo.
Una mirada en retrospectiva a 17 años de historia musical, consecuencias y dificultades en el camino, personajes clave, así como el panorama presente y futuro de la música en México.
A 17 años de la fundación de Static Discos, ¿cómo sientes que ha cambiado el panorama musical mexicano? Ya que para muchos artistas nacionales jóvenes, fue y sigue siendo un referente importante en el desarrollo de su personalidad creativa…
Para nosotros, en 17 años, el problema es que el panorama musical mexicano sigue centralizado. A pesar del internet, a pesar de que haya muy buenas propuestas musicales en diferentes partes del país, se tiene que seguir yendo a la CDMX para probar suerte. También los recursos, las marcas, los festivales, todo está allá. Es muy desgastante esa relación para propuestas que no son de ahí.
Cuéntanos cómo conociste a Fax, Murcof y al Antiguo Autómata Mexicano, y cuál fue su papel en los primeros pasos de Static.
A Fax (Rubén) y a Murcof (Fernando) los conocí por que antes teníamos un sello previo que se llamaba Nimboestatic. Editamos a Sonios de Ensenada, de donde era tecladista Fernando. Y editamos a Aural de Mexicali, de donde era guitarrista Rubén. Justo el disco de Sonios cumplió 20 años en el 2018 y en septiembre del 2019 cumple 20 años el disco de Aural.
Nos conocimos, vimos que teníamos mismos intereses musicales y a partir de ahí no hemos parado. Al AAM lo conocimos después, el es de Monterrey. Pero ya en la época de Nimboestatic lo conocíamos por que nos mandó sus demos de su banda shoegaze Slow Motion Love.
¿Cómo decidiste arrancar el proyecto? ¿Ha tenido momentos de crisis? si sí, cuéntanos alguno.
Fue una evolución del sello anterior, Nimboestatic, que nació en 1997. Ya para entonces, Fax y Murcof, eran proyectos aparte de su bandas previas. Y se nos hizo lógico hacer un sub sello de música electrónica en el 2002, ya para esa época lo de Nortec estaba volando, también estaba Abolipop, Nopal Beat y Konfort.
Entonces era una respuesta a esa tendencia global de música electrónica más experimental. Crisis nunca ha habido. Es más bien aprender a sopesar las decepciones. Así que cada lanzamiento es una oportunidad de volverlo hacer, a veces sale a veces no.
Es muy impredecible cómo van a reaccionar los medios, entonces aprendes a no decepcionarte y a bajar las expectativas. De hecho un artista de Static, Macario, tiene un track que es nuestro himno, se llama Low Expectations.
¿El hecho de que sello naciera en Tijuana, qué influencia tuvo en la formación? ¿Dificultades? ¿Acceso a influencias diferentes? Obviamente con el Internet todo cambió, ¿cómo fue esa primera etapa? Cuéntanos de la escena local en ese momento. Recuerdo que por esa época Nortec, Torolab y otros hitos culturales emergían de esa ciudad que incluso en algún ensayo fue llamada “una ciudad laboratorio del capitalismo tardío”.
Pues se dio justo en ese barullo post-nortec, había mucho interés en la frontera por académicos y medios, entonces se convirtió en un buen escaparate para lo que estábamos haciendo. Y casi de manera natural, sin esa intención, simplemente fuimos otra expresión de esa situación fronteriza.
Ya que con el esfuerzo previo, Nimboestatic, nos fue tan mal en la capital, que decidimos esta vez enfocar Static hacia el extranjero 100%.
En términos de curaduría y de seguir una línea cómo eran el proceso de elegir qué discos salían en Static y cuáles, ¿cuál era el criterio de decisión?
Queríamos enfocarnos mucho en el diseño del sonido, en aspectos de producción más de vanguardia, minimalismo, clicks, experimentación, fuera techno o pop. Ahora es más introspectiva la curaduría, menos bailable cuatro por cuatro. Igual y regresamos a ello después. A lo mejor lo último más pop fue lo de Camille Mandoki, por así decirlo.
Las piezas de Static se sienten más que releases como piezas de diseño. Cuéntanos un poco de el proceso interdisciplinario en cuanto a imagen y música que desarrollaste.
Somos muy inflados por sellos como la 4AD, Factory y Mille Plateaux, en donde la portada dialoga con la música. Entonces siempre quisimos hacerlo de esa manera, y es Rubén Alonso (FAX) quien ha diseñado o dirigido el arte de la mayoría de esos 100 releases.
¿Cuáles crees que siguen siendo las asignaturas pendientes en el espectro de la electrónica experimental en México, de cara al futuro a corto y largo plazo?
Pues lo que comenté al inicio, que puedan subsistir estas escenas nacionales sin la necesidad de tener que ir a la CDMX. Me había entusiasmado con lo del 3Ball de MTY, pero finalmente fue absorbido por la capital. No sé, me decepciona cañón eso.
Por que en realidad no es tan fácil abrirse camino si no conoces los canales apropiados de esa industria musical en la CDMX. Yo de alguna manera los conozco por esa perseverancia, como dices, pero desde acá, con todo e internet, es difícil darle seguimiento a las cosas. La CDMX es muy de que tienes que estar ahí para que cuentes.
A nivel personal, ¿qué modelo de disqueras y escenas te influenciaron? Sabemos de tu devoción hacia cierta parte de 4AD y quizá un poco del espíritu de Creation (sin el derroche que terminó quebrándole).
Somos más Factory, en el sentido del espíritu libre, la desorganización y el desenfreno. Pero en pesos, muy pocos pesos.
En el caso específico de Static y de Ejival, qué efecto están teniendo las plataformas de Streaming en el panorama de la música a la que tenemos acceso, al costo/beneficio, a la posibilidad de nuevas formas o el estancamiento en fórmulas…
Es una relación de amor y odio. Por que uno pensaba que la tecnología digital iba a quitar a los Gatekeepers y pues no. Siguen dominando las disqueras grandes ahí, el gusto popular y los algoritmos con base a esos gustos populares. A pesar de todo lo que hay, se decide poner en primer plana a lo obvio. Lo mismo pues.
Sin duda es increíble estar en esas plataformas, pero la competencia por la atención es atroz. Por eso el #100 de Static es justo eso, una invitación a concentrarte por 100 segundos en una pieza musical.
¿Cómo tuvo su origen la expo? ¿Quién la curó y diseñó?
Ingrid Hernández, la directora de La Casa de la Cultura en ese momento, quería hacer algo ahí con Static, se imaginaba una exhibición del arte de Static. Y pues si, pero le dimos el giro de celebrar esos 100 releases y exhibirlos.
También hacerlo con lo que teníamos. Solo un par de piezas fueron hechas para la exhibición, pero todo lo demás, pues con lo que hay. No queríamos gastar mucho tiempo en ello. Pero salió muy bien. Luce todo muy cool. Y ya estando ahí es cuando te cae el 20 de ese esfuerzo, porque está ahí todo junto. Y pues está bonito sentir eso.
Si tuvieras que escoger los 5/10 releases que te marcaron, ¿cuáles serían?
Camille Mandoki – We Used to Talk For Hours
Braulio Lam – Soundtrack for Vision
Gaspar Peralta – Entre el clamor a coro de las estrellas del alba
Duopandamix – Afternuclearbomb
Antiguo Autómata Mexicano – Kraut Slut
En tu opinión ¿qué se necesita para que existan más disqueras de esta índole en México? ¿se necesitan? ¿cada quien lo suyo?
Bien fácil. No decepcionarse. Hacer las cosas con sinceridad y por las razones correctas, hacerlo por la música, vaya.
Foto de Ejival x Braulio Lam
Entrevista originalmente publicada en Since66.